Esto de la buena suerte o la mala suerte tiene sus momentos a lo largo de nuestra vida. En muchos
momentos de ella nos han intrigado esas etapas en las que parece
que todo funciona y va sobre ruedas, en la que enlazas unas ventas con
otras, unos proyectos con otros y parece que todo está a tu favor. Por desgracia nada es eterno en esta vida, como queda demostrado.
El ser humano necesita 'motivos' para actuar,
deseos, ilusiones, objetivos que den sentido a su vida. A la
depresión se llega, y una vez llegados, permanecemos en ella
por una apatía, una desgana, una desilusión y falta de
sentido en nuestras vidas que nos parece 'vegetativa', absurda.
Sin motivación no estamos predispuestos
a actuar, y más bien la tendencia es a abandonarse en la
inactividad, en un esperar sentir una motivación positiva, que
se transforma en desesperación en la medida de que nos cansamos
de esperar.