martes, marzo 03, 2015

Frase del Día (03-03-2015)

Las religiones son en realidad sedantes o narcóticos que crean en los ciudadanos una felicidad ilusioria. Unas drogas que logran evadir a los humanos de la realida del actual situación cotidiana, prejuicios burgueses detras de los que se ocultaban la cara oculta del capitalismo, con todos sus intereses sobre la sociedad. Por desgracía, en la historia del mundo, los humanos pasamos desde la dictadura religiosa con la época de la inquisición, luego al despotismo de un rey para continuar o bajo el yugo de una política totalitaria comunista por un lado o ser presos de los hedonistas, hipócritas y embaucadores de los social-demócratas por el otro. Y finalmente, en pleno siglo XXI, terminamos con una economía financiera que fomenta la especulación como ganancia lícita, alimentadas por bancos centrales que siguen políticas monetaristas basadas en la prioridad del consumo, ese es el opio de hoy en día, vivir en el consumismo solo por consumir
La elaboración de doctrinas, dogmas, rituales, himnos, oraciones y liturgias puede ser obra de los seres humanos, más o menos influidos por lo trascendente, sin embargo la divinidad misma en cuanto tal no puede ser creada por ningún humano.
Leer más: http://protestantedigital.com/magacin/13637/Marx_el_simplismo_de_la_religion_como_opio_del_pueblo
El sentido de la misma es manifestar que las religiones eran como sedantes o narcóticos que creaban una felicidad ilusoria en la sociedad; drogas que contribuían a evadir al hombre de su realidad cotidiana; prejuicios burgueses detrás de los que se ocultaban los verdaderos intereses del capitalismo
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es manifestar que las religiones eran como sedantes o narcóticos que creaban una felicidad ilusoria en la sociedad; drogas que contribuían a evadir al hombre de su realidad cotidiana; prejuicios burgueses detrás de los que se ocultaban los verdaderos intereses del capitalismo.
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es manifestar que las religiones eran como sedantes o narcóticos que creaban una felicidad ilusoria en la sociedad; drogas que contribuían a evadir al hombre de su realidad cotidiana; prejuicios burgueses detrás de los que se ocultaban los verdaderos intereses del capitalismo.
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