lunes, julio 25, 2016

La sabiduria...

El mérito del ser humano está en su conocimiento y en sus acciones, no en su color, fe, raza o nacimiento. Porque ese conocimiento es la única riqueza de que  no te pueden despojar los tiranos y sólo con nuestra muerte se podra apagar la lámpara del conocimiento que arde dentro de nosotros. Pero Llega un momento en la vida, en que nos percatamos que los principios y opiniones que atesorábamos como válidos, ya no lo son. Es el momento de intentar olvidar lo que aprendimos en su día. A veces coincide con un momento de crisis personal. Es cuando debemos aprovechamos de esa crisis para crecer interiormente, estamos en al camino, y conseguiremos nuestra despertar a nuestra conciencia. La sabiduría se desarrolla con el tiempo, a partir de las experiencias propias y ajenas, y de la observación y la reflexión sobre la vida. De allí que dos fuentes fundamentales para cultivar la sabiduría sean la memoria y la experiencia que se aprende de los errores y aciertos que cometemos a lo largo de nuestra vida.
De esta manera podriamo decir que la sabiduría  es característica de aquellos que observan una conducta prudente y sensata en su vida: en los negocios, el trabajo, la familia, las decisiones que tomamos cada día. Claro que siempre hemos considerado que gracias a esos conocimientos, la sabiduria esta en las personas mayores y las decisiones en muchos de las antiguas civilizaciones estaban en manos de los conejos de las personas más ancianas de esa tribu, que podía gracias a su experiencia haber vivido en situaciones similares en un pasado y que de esos errores o aciertos aprendieron cual era la mejor solución en el problema que afectaba a la tribu

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