No sé si yo mismo soy una buena persona, aunque siempre por lo menos intentare serlo y por tanto de forma ineludible un idiota a los ojos de muchas personas. La verdad es que no me importa. Aunque sea un idiota, no hare lo que hacen muchos de esos inteligentes que me critican y convertirme un veleta, que va en la dirección que le señala el viento, es posiblemente la ventaja de ser idiota. A lo mejor soy el idiota que confunde la bondad de los demás con la estupidez. Quizás prefiera pertenecer al primer estereotipo, estoy convencido que son infinitamente más felices aquellos que hacen el bien sin importarles su reputación, los que por la vida pasan regalando a los demás lo mejor de si mismos, los que por idiotas pasan a los ojos de los verdaderos necios y estúpidos. Si ser muy buena gente es ser un idiota no me importaría que cuando muera, me incineren, pusieran un epitafio, como: "Fue un idiota, hasta el día que falleció, pero a pesar de ellos, siempre intento ser mejor persona"
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