Esto es algo que descubrí hace años y que intento llevar a cabo en el día a día: mi felicidad crece
cuando me acepto como soy, y disminuye cuando más expectativas tengo.
Ese es el secreto de la felicidad para mi. Si puedo aceptar
honestamente mis circunstanciasm no con las que pueda soñar, sino las que
tengo en este momento entonces tengo toda la libertad de hacer otras cosas, para intentar cambiar ese destino.
Si hay algo que está destinado a que me suceda, sucederá, en el momento adecuado, no cuando yo desee que suceda. Porque el destino nuestro es luchar, caer y volverse a levantar para seguir con esa lucha diaria por los sentimientos que arraigan en el corazón y en mi mente.
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