
Y así se
hizo. Comenzaron a lanzar tierra dentro del pozo de forma de cubrir al caballo.
Pero, a medida que la tierra caía en el animal este la sacudía y se iba
acumulando en el fondo, posibilitando al caballo para ir subiendo. Los hombres
se dieron cuenta que el caballo no se dejaba enterrar, sino al contrario,
estaba subiendo hasta que finalmente consiguió salir.
Si estás
"allá abajo", sintiéndote poco valorado, y otros lanzan tierra sobre
ti, recuerda el caballo de esta historia. Sacude la tierra y sube sobre
ella.