Un Toro, que huía de un León,
se escondió en una cueva que algunos pastores habían ocupado recientemente.
Tan pronto como él
entró a la cueva, un chivo que había quedado abandonado en la cueva, bruscamente lo atacó con sus cuernos. El Toro
serenamente se dirigió a él:
- "Deja de
ponerme
como tu objetivo lo más pronto que puedas. No te tengo ningún
miedo, pero sí al León. Espera a que se marche aquel monstruo y te
contaré lo que es la fuerza respectiva de
un Chivo y
la de un Toro".