domingo, octubre 18, 2015

El labrador y el águila (http://edyd.com/fabulas/esopo)

Cierta vez, un Labrador, encontró un Águila apresada por una red, y fascinado por la belleza de este animal, cortó la red que la tenia presa, y la liberó. El Águila, se sintió agradecida por tan generoso gesto, quiso devolver el favor a su bienhechor. Sin embargo, al ver sentado al Labrador al pie de un muro que estaba a punto de desplomarse, voló hacia él, y con sus garras le quitó delicadamente un pañuelo que le ceñía la cabeza.
El hombre, indignado por su acción, corrió tras el Águila, pero a los pocos segundos ya ambos lejos del muro, el Águila. dejó caer el pañuelo. El Labrador, recogió su pañuelo y al darse la vuelta, vio los escombros del muro en el mismo lugar donde él estaba sentado. Impresionado, el Labrador se prometió hacer el bien cada vez que se presente la ocasión.


Cierta vez, un Labrador, encontró un Águila apresada por una red, y fascinado por la belleza de este animal, cortó la red que la tenia presa, y la liberó. El Águila, se sintió agradecida por tan generoso gesto, quiso devolver el favor a su bienhechor. Sin embargo, al ver sentado al Labrador al pie de un muro que estaba a punto de desplomarse, voló hacia él, y con sus garras le quitó delicadamente un pañuelo que le ceñía la cabeza. El hombre, indignado por su acción, corrió tras el Águila, pero a los pocos segundos ya ambos lejos del muro, el Águila. dejó caer el pañuelo. El Labrador, recogió su pañuelo y al darse la vuelta, vio los escombros del muro en el mismo lugar donde él estaba sentado. Impresionado, el Labrador se prometió hacer el bien cada vez que se presente la ocasión.

Fuente original: http://www.fabulasparaninos.com/2012/09/el-labrador-y-el-aguila.html

Frase del Día (18-10-2015 )

Un día descubrí que la felicidad es un estado del alma, un nivel determinado de conciencia. Nada que se encontrara "fuera" de mí, sino dentro. Y aprendí que no necesitaba a nadie para ser feliz, pero que, sin embargo, tiene más sentido la vida si es compartida, por lo tanto, no merece la pena vivirla en solitario. Y también supe que los apegos a determinadas cosas terminan siendo causa de infelicidad y dependencia y que cuantas más cosas tenemos, menos las valoramos y más necesitamos. Y que las carencias, en las que solemos enfocar nuestra atención y que tanto nos deprimen y limitan, no nos hacen otra cosa que más vulnerables y autocompasivos. Solo comprendiendo a la naturaleza, nos damos cuenta que los importante es ser constante y no rendirse ante las adversidades