miércoles, agosto 17, 2016

La madurez...

Una de las señales de la madurez es la capacidad  de percibir la responsabilidad de nuestro propio talento, y de desarrollar diligentemente las habilidades que hemos podido aprender a lo largo de nuestra vida, errores o aciertos, todo ello suma para llegar a la madurez de la persona. La madurez emocional nos centra en un eje que marca cada segundo y sus horas al igual que un reloj. Esa madurez que nos permite reconocer aquello que nos hace bien de aquello que no daara. Nos levantamos por encima de esos errores que nos marcan o de esas falsas premisas que adquirimos en el entorno social de nuestra vida.
Madurez emocional es mas que crecer en edad, es crecer en actitudes y en la comprensión valiosa de nuestro rol como artífices de ese cambio, que puede ser mejor para nosotros y porque no en alguien mas. Al fin y al cabo, madurar no es solo sentirnos independientes y auto- abastecidos, es la percepción certera de caminar seguros hacia una meta donde encontremos el equilibrio entre deberes-derechos-obligaciones-deseos. La madurez necesita ser germinada desde la semilla misma de la voluntad de superación y  transmutación permanente, para asi reconocernos como  seres espirituales,  llamados a la superación personal y colectiva. Porque envejecer es algo que no podemos evitar, mientras que madurar es opcional. En definitiva,tú, y solo tú eres quien puede conseguirlo.

Frase del Día (17-08-2016)

Aprende a ser como un espejo, escucha y refleja la energía. El universo mismo es el mejor espejo de la naturaleza. El universo acepta sin condiciones: nuestros pensamientos y emociones; nuestras palabras y acciones, y siempre, nos envía el reflejo de toda esa energía mediante las circunstancias que vienen a nuestra vida. Lo que vivimos es la manifestación externa de nuestros pensamientos, palabras y actos. Aprendamos a ser como el universo, escuchemos y reflejemos nuestras emociones sin prejuicios, aprendiendo a hablar de otra manera: sosegando nuestra mente y evitando las reacciones emocionales excesivas. Busca siempre una comunicación sincera y fluida. No te des mucha importancia. Sé humilde. Cuanto más arrogante, superior o prepotente te muestres, más prisionero serás de tu propia imagen y de un mundo irreal de tensión e ilusiones.