Un león, cuyo estómago estaba tan vacío que rugía
tanto como el, encontró en un golpe de suerte, a una desvalida liebre
durmiendo, cuya captura estaba más que asegurada. Sin embargo, el león,
prefirió poner sus ojos en un cervatillo que por allí pasaba, al que
comenzó a perseguir, formando un gran escándalo.
Tal era el ruido que producían, que consiguieron sacar a la liebre de su profundo sueño y hacer que se marchara a otro lugar, donde pudiera disfrutar de un tranquilo descanso.
Tras muchos intentos infructuosos, el león se dio cuenta, de que estaba gastando demasiada energía y que todos sus esfuerzos para dar caza al ciervo no iban a servir para nada. Fue entonces cuando decidió volver a por la liebre, llevándose una desagradable sorpresa: su tan codiciada presa, se había marchado.
Fue en ese momento, cuando el león se dijo a si mismo:
- "Me merezco tener el estómago vacío, ya que desprecié una presa pequeña, que tenía asegurada, por intentar cazar una de mayor tamaño, cuya captura no sabía si podía obtener"
Tal era el ruido que producían, que consiguieron sacar a la liebre de su profundo sueño y hacer que se marchara a otro lugar, donde pudiera disfrutar de un tranquilo descanso.
Tras muchos intentos infructuosos, el león se dio cuenta, de que estaba gastando demasiada energía y que todos sus esfuerzos para dar caza al ciervo no iban a servir para nada. Fue entonces cuando decidió volver a por la liebre, llevándose una desagradable sorpresa: su tan codiciada presa, se había marchado.
Fue en ese momento, cuando el león se dijo a si mismo:
- "Me merezco tener el estómago vacío, ya que desprecié una presa pequeña, que tenía asegurada, por intentar cazar una de mayor tamaño, cuya captura no sabía si podía obtener"