martes, septiembre 20, 2016

El sonido del Silencio...

El silencio tiene un sonido muy particular. Es profundo, esta lleno de símbolos y señales, es nuestra conciencia que nos habla desde nuestras propias entrañas. Los humanos no deberiamos necesitar grandes cantidades de palabras para expresarnos. El sonido del silencio, aunque parezca una paradoja, retumba mucho más que el ruido que nos rodea. Las palabras regeneradoras, nacen del silencio. Porque el verdadero silencio no procede de la turbación, de la vergüenza o de la culpa, sino que denota paz y plenitud. Las palabras tienen poder para crear comunión y vida nueva, cuando encarnan el silencio del que brotan. Las palabras que usamos para defendernos o para ofender a otros, no brotan normalmente del silencio. Hemos de advertir, sin embargo, que el silencio impuesto crea hostilidad y resentimiento. El silencio es ante todo una palabra del corazón que hace crecer la caridad. Con todas sus insuficiencias, la sociedad hoy habla, grita, debate y se manifiesta. Lo hace en las calles, en la prensa, en la radio y la TV, en las redes, en los diarios, en los libros, en los debates, en las redes sociales... ante todo esto es dificil escuchar el sonido del silencio, que viene desde el interior y que nos acerca a esa paz "divina", en la que todos queriamos vivir 

Frase del Día (20-09-2016)

Los humanos cada vez hablamos más y escuchamos menos. Esto explicaría la aparición de esas "escuelas" donde se enseña a escuchar. El telón de fondo de mi refelxion radica en si las dificultades para leer profundamente (en lugar de superficialmente...). La comunicación es: hablar y escuchar, entendida ésta como el proceso de dar y recibir informa­ción, lo cual hacemos a través del lenguaje. De esta forma expresamos nuestros pensamientos y nuestras emociones. La mayoría de las  veces generalizamos, omitimos,  y distorsionamos lo que queremos decir, lo cual altera la conversación. Por desgracia utilizamos en demasía palabras  como "nadie", "todo el mundo", "nunca", "siempre", "jamás"; esto hace que no expresamos exactamente lo que queremos, bien porque guardamos algunos elementos o los deformamos. Decimos, "dame eso" o "es una persona difícil". Luego esta que algunas personas tratan a otro como si fuera idiota y si se la devuelves, los ofendidos son ellos. Trato a los demás como ellos me tratan, si podemos debatir es mejor, pero si insultan no deben esperar a que ponga la otra mejilla y antes de esperar un tiempo, prefiero devolverla en caliente. Pero recordemos que al escribir, uno se habla a sí mismo lo que después escribirá para otro, y escucha de sí mismo lo que luego leerá el otro. Y en el leer, uno se habla a sí mismo con el lenguaje escrito por otro, y escucha de sí mismo lo que pensó el otro. Por lo tanto, el hablar y el escuchar se presentan como los dos polos opuestos de los siguientes movimientos lingüísticos: del pensar, del conversar, del escribir y del leer.