Sean experiencias positivas o negativas... El país que olvida su historia, tiende a repetirlo.
Recordarlas no
requieren de mayor esfuerzo pues son parte de nuestra existencia, un
trayecto que hemos recorrido de nuestras vidas o en la de nuestros
familiares más cercanps, y es por ello que sea
bastante difícil olvidarlas. Es como pretender desandar el camino
andado, tal vez un tanto difícil, más no imposible. Por la vía
práctica. De nuestra memoria depende lo selectivos que seamos en
recordar cosas agradables, de nuestro corazón también el poder perdonar
agravios y lanzarlos a la papelera del olvido. Pero es difícil, depende
de la persona que juzga y del hecho juzgado... Creeis que se pueden
olvidar los 200.000 asesinados por las represalias franquistas?, por eso
a veces prima una decisión o la otra. Tampoco es algo absoluto, nadie es sólo razón o sólo corazón. El mundo es producto del equilibrio, del balance entre los dos. Pero no podemos olvidar nuestra historia
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