Me asomo al precipicio de mi vida y miro hacia abajo asustado , quizás
porque ya se lo que encontraré al final del camino Mi futuro está allí
mirandome a los ojos fijamente, atrayendome con su llamada
silenciosa, siento una fuerza invisible que me arrastra hacia él, y poco
a poco me voy acercando a ese borde, como
arrastrado por una sensación desconocida para mi, que me invita a a
satar hacia o desconocido. Y vivir esa caida irremediabe, pero ahora no
tengo miedo; el fondo del abismo no pude ser más oscuro de lo que ha
sido mi existencia, estos últmos años. Estoy justo en el borde y ya no
hay dudas, solo una elección posible, la única, la adecuada. Pero mi
esperanza parece más fuerte y susurra lucha, lucha
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