Para hallar el equilibrio, entre verdad y mentira, que buscas debes tener los pies tan firmemente
plantados en la tierra, que parezca que tienes cuatro piernas en lugar
de dos. De este modo podrás estar en el mundo. Pero debes dejar de mirar
el mundo con la mente. Tienes que mirarlo con el corazón. Así llegarás a
conocer la verdad.
Es importante saber dónde estás en cada momento. Justo aquí está el equilibrio perfecto. El encuentro de cielo y tierra. No demasiado esplendio, no demasiado egoísta, de otra forma la vida se vuelve una locura. Si pierdes equilibrio, pierdes el poder. Si tienes el valor de dejar atrás todo lo que te protege y te consuela, lo cual puede ser cualquier cosa como tu casa o viejos rencores, y embarcarte en tun viaje en búsqueda de la verdad, ya sea hacia lo interior o lo exterior, y si estás dispuesto a que todo lo que te pase en ese viaje te ilumine, y si aceptas como tu maestro a todo el que te encuentres en el camino, y si estás preparado sobre todo a afrontar y a perdonar algunas de las realidades muy duras de ti mismo, entonces la verdad no te será negada.
Es importante saber dónde estás en cada momento. Justo aquí está el equilibrio perfecto. El encuentro de cielo y tierra. No demasiado esplendio, no demasiado egoísta, de otra forma la vida se vuelve una locura. Si pierdes equilibrio, pierdes el poder. Si tienes el valor de dejar atrás todo lo que te protege y te consuela, lo cual puede ser cualquier cosa como tu casa o viejos rencores, y embarcarte en tun viaje en búsqueda de la verdad, ya sea hacia lo interior o lo exterior, y si estás dispuesto a que todo lo que te pase en ese viaje te ilumine, y si aceptas como tu maestro a todo el que te encuentres en el camino, y si estás preparado sobre todo a afrontar y a perdonar algunas de las realidades muy duras de ti mismo, entonces la verdad no te será negada.
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