El discípulo estaba con su maestro espiritual para conversar sobre
aspectos de la liberación y de
aquellos que la alcanzan. Hablaron durante horas.
Al final el discípulo le preguntó al maestro:
- ¿Cómo es posible que un ser humano liberado pueda permanecer tan sereno a pesar de las terribles tragedias que padece la humanidad?
El mentor tomó entre las suyas las manos del perplejo discípulo, y le explicó:
- Tú estás durmiendo. Supóntelo. Sueñas que vas en un barco con otros muchos pasajeros. De repente, el barco encalla y comienza a hundirse. Angustiado, te despiertas. Y la pregunta que yo te hago es: ¿Acaso te duermes rápidamente de nuevo para avisar a los personajes de tu sueño?. El ser liberado es como una flor que no deja de exhalar su aroma y, suceda lo que suceda, no se marchita.
aquellos que la alcanzan. Hablaron durante horas.
Al final el discípulo le preguntó al maestro:
- ¿Cómo es posible que un ser humano liberado pueda permanecer tan sereno a pesar de las terribles tragedias que padece la humanidad?
El mentor tomó entre las suyas las manos del perplejo discípulo, y le explicó:
- Tú estás durmiendo. Supóntelo. Sueñas que vas en un barco con otros muchos pasajeros. De repente, el barco encalla y comienza a hundirse. Angustiado, te despiertas. Y la pregunta que yo te hago es: ¿Acaso te duermes rápidamente de nuevo para avisar a los personajes de tu sueño?. El ser liberado es como una flor que no deja de exhalar su aroma y, suceda lo que suceda, no se marchita.
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