Los políticos no son ángeles o elfos que caen del cielo o de la montaña. Son frágiles individuos que han tenido que sobrevivir en una sociedad poco meritocrática y basada en el clientelismo y las redes familiares y de amistad. Lo sabe cualquier joven que busca empleo y mira el currículum como una pérdida de tiempo. Sino tienes un "padrino" no te bautizaran.
No puede ser lo mismo la financiación de más de dos décadas del PP o del PSOE, que la de un programa de radio, por mucho que en éste se hubiera atraído de forma irregular o ilegal algunos fondos extranjeros. No puede ser lo mismo el mangoneo de contratos municipales para dar trabajo a gente conocida, que los falsos encargos de trabajos que por muchos millones nunca tuvieron contraprestación alguna. Y no puede ser lo mismo trampear con una beca fuera del lugar, donde debería hacerla el investigador, a llevarse sumas inimaginables de dinero a paraísos fiscales con un click de ordenador. Aunque a veces estas mismas becas se "regalan" por favores prestados a un compañero para que este llegue al poder y pueda llegar a las cajas del estado. Las reglas de cualquier gobierno que promueven una gestión eficaz y minimizan la posibilidad de desviación del interés general, serian cinco básicamente: rendición de cuentas + trasparencia + participación + inteligencia + honestidad. Y para eso hace falta que no seamos corderitos que van al matadero el día de las urnas y que haya una coalición y puedan conseguir una mayoría para extirpar de raíz el cáncer político que es el PPSOE
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