El ser humano es la especie más peligrosa del mundo y no es precisamente porque tengamos los dientes
más grandes, las garras más afiladas, los aguijones más venenosos o la
piel más gruesa, sino porque sabemos cómo proveernos de instrumentos y
armas mortíferas que cumplen la función de dientes, garras, aguijones y
piel con más eficacia que cualquier simple mecanismo anatómico. Nuestra
forma principal de adaptación biológica es la destrucción por destruir, no la anatomía.La diversidad terrestre se reduce a paso acelerado por efecto de la destrucción de hábitats naturales, destrucción que incluye el deterioro actual debido al recalentamiento del clima... Solo debemos pensar en como dejamos una playa o un monte después de de estar un par de horas, sorprende como algunos "animales" entierran sus desechos, cigarros, latas, bolsas... esperando que la arena de la playa haga el milagro de hacerlos desaparecer y eso no ocurre, somos destructivos por naturaleza y estamos a un paso de llegar al punto sin retorno... ese día nuevamente miraremos al cielo pidiendo un milagro que no llegara
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