Es curioso que cuando somos pequeños queremos complacer y llamar la atención y aprendemos a mentir, como cuando viene la tía pesada y tenemos que decirle que la echamos de menos y tenemos que besarla aunque no nos apetezca nada, pero es lo que te enseñan a coartar en cierta manera tu sinceridad espontanea
Cuando llegas a ciertas edad, es entonces cuando te pones a hacer números, a mirar atrás, a darte cuenta de que tienes que a veces despedir a tus compañeros que te han acompañado en ese viaje, que tienes que plantearte rectificar aquellos errores que has cometido a lo largo de la vida, el cierre de esa libro. Entonces te das cuenta que, más por lo que creías que eras, no eres absolutamente nadie. Lo malo, o lo bueno, es que la cabra siempre tira al monte, y después de terminar con todo casi siempre comienzas a escribir una nueva obra, con una lección aprendida
Cuando llegas a ciertas edad, es entonces cuando te pones a hacer números, a mirar atrás, a darte cuenta de que tienes que a veces despedir a tus compañeros que te han acompañado en ese viaje, que tienes que plantearte rectificar aquellos errores que has cometido a lo largo de la vida, el cierre de esa libro. Entonces te das cuenta que, más por lo que creías que eras, no eres absolutamente nadie. Lo malo, o lo bueno, es que la cabra siempre tira al monte, y después de terminar con todo casi siempre comienzas a escribir una nueva obra, con una lección aprendida
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