
Un día el hombre dió una gran cena y ante los invitados, trajo al cisne y le rogó que cantara durante el festín. El cisne ante tal pedido se mantuvo en inmóvil y en silencio total.
Pero cuando pasaron los años y pensando el cisne que ya iba a morir al verse viejo, forzosamente cantó su mejor melodía como forma de despedida. Al oírle, el dueño dijo:
- "Si sólo cantas cuando vas a morir, fui un tonto rogándote que cantaras en lugar de inmolarte"
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