No pudiendo el gato alcanzarlas, ideó una trampa para que salieran. Trepó a lo alto de una viga, y colgado de ella se hizo el muerto. Pero una de las ratas se asomó, lo vio y le dijo:
- "¡Oye amiguito, aunque fueras un saco de harina, no me acercaría a ti!"
No hay comentarios:
Publicar un comentario