Los que me conocen dicen que tengo muchas agallas y me preguntan si no
tengo miedo a represalias. Ser valiente no significa no tener miedo, ser
valiente significa que a pesar del miedo, damos el paso para luchar contra las injusticias y en favor de tus ideales. La clave está
en no dejarnos paralizar por el miedo y movernos hacia delante. Esa
lucha, que todos necesitamos vencer, es diaria y constante.
A mí, después de lo que me ha tocado vivir y padecer en
éstos cincos años, que mi dolor se ha visto mermado, sólo le temo a
la vida agridulce y dejaré que el destino sea mi duro maestro que me enseñe el camino hacia la victoria en mis deseos. Ahora mi
dolor lo vivo con esperanza. Solo la supervivencia cotidiana es cosa nuestra.
De todos es sabido el acusado deterioro de nuestro Gobierno, su incorrecto funcionamiento democrático, sus actos
arbitrarios, el enchufismo, y los enfrentamientos que alienta. Esta
situación nauseabunda ha alcanzado límites de desconsuelo, frustración y
desesperación. Y ha logrado que la ciudadania acepte estas cosas como algo normal, algo que no conseguira conmigo, porque siempre dire aquello que pienso... pese a quien le pese
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