El
humano, es entidad individual en este mundo y nace totalmente egoísta, sujeto a la
satisfacción de sus propias necesidades fisiológicas primarias (alimentación, limpieza, cuiados sanitarios...) Sin
embargo, el instinto gregario del humano también pone como una necesidad
el tener compañía y el congregarse en sociedades (familia, amistades, entorno). Pero la congregación
presupone obstáculos que no pueden ser solventados si uno mantiene una
posición totalmente egoísta. Es por ello que debe existir una especie de
altruísmo, o de bondad como lo quisiéramos llamar. Y esa especie de
altruísmo se aprende por medio de reglas sociales de diversas
instituciones, por medio de la adoctrinación se le llama desde tiempos remotos: religion. Tanto en la sociedad como en la religion se
emplea el sistema premio-castigo. En las dos reside una serie de reglas y
leyes a las cuales te tienes qué acatar sí o sí. Y si no, recibes un
castigo o amonestación. Después de recibirlo, aprendes a no hacerlo de
nuevo, mientras que los reincidentes reciben amonestaciones mayores y
hasta la expulsión, la pérdida de su libertad o la muerte, según a qué
institución nos refiramos.
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