En una mañana fatídica, cierta mosca volaba de un lugar a otro en busca de comida. Al fin, se detuvo en una rama donde una araña había hecho malabares con su tela y contemplándola embobada, pensaba:
– "Jamás vi un trabajo tan hermoso. No lo haría ni el gusano de seda más famoso. ¡Qué tersura! ¡Qué ¡Qué belleza! Es realmente una obra de arte". La araña, aprovechando la coyuntura, salió de su escondite tendió su red con admirable maña, atrapó a la mosca, y le dijo: – ¡Si no fueras tan curiosa aún estarías fastidiando por otros lugares!" y dicho esto, se la comió.
– "Jamás vi un trabajo tan hermoso. No lo haría ni el gusano de seda más famoso. ¡Qué tersura! ¡Qué ¡Qué belleza! Es realmente una obra de arte". La araña, aprovechando la coyuntura, salió de su escondite tendió su red con admirable maña, atrapó a la mosca, y le dijo: – ¡Si no fueras tan curiosa aún estarías fastidiando por otros lugares!" y dicho esto, se la comió.
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