Cierto día el hijo de un pescador se encontraba en los acantilados en busca de caracoles. Tras capturar algunos, decidió encender una fogata y asarlos para comer, Mientras se freían los caracoles estos empezaron a crepitar (pequeños ruidos como silbidos). El muchacho incomodo por esto dijo:
- "Diablos, los estoy friendo vivos, y ellos se ponen a cantar"
Cuando el joven se encontraba en casa, aun sorprendido por lo que vio, contó lo ocurrido a su padre. Este le respondió:
- "No te extrañes hijo. En la vida, muchos se sacrifican por el bien de los demás.
- "Diablos, los estoy friendo vivos, y ellos se ponen a cantar"
Cuando el joven se encontraba en casa, aun sorprendido por lo que vio, contó lo ocurrido a su padre. Este le respondió:
- "No te extrañes hijo. En la vida, muchos se sacrifican por el bien de los demás.
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