Una
esclava fea y mala gozaba del amor de su amo. Con el dinero que éste
le daba, la esclava se embellecía con brillantes adornos, rivalizando
con su propia señora. Para agradecer a Afrodita que la hiciera bella,
le hacía frecuentes sacrificios; pero la diosa se le apareció en sueños
y dijo a la esclava:
- "No me
agradezcas el hacerte bella, si lo hago es porque estoy furiosa contra
ese hombre a quien pareces hermosa".
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