Se encontraba un hombre pescando en un río, con su red extendida de
orilla a orilla; luego él agitaba el agua para que los peces, aturdidos,
cayeran al tratar de escapar entre las mallas de la red. Al verlo un
vecino le reclamó el revolver el río, obligándolos a beber el agua
turbia; mas él respondió:
- "¡Si no revuelvo el río, moriré de hambre!"
- "¡Si no revuelvo el río, moriré de hambre!"
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