Un hombre que vivía en un pueblo sufrió una enfermedad que le hizo perder la vista y quedar ciego.
Estando ciego y pobre, otro ciego vecino de aquel mismo pueblo le dijo
que fuesen ambos a una villa cercana a pedir para lograr sustento.
Sabedor de que en aquel camino había pozos y barrancos el hombre tenía mucho recelo de hacer aquel viaje, puesto que al ser ambos ciegos corrían grave peligro de caer en alguno de ellos.
- "No debes recelar porque yo iré contigo y te mantendré a salvo de cualquier peligro", le dijo.
Y tanto le insistió y tantas ventajas le mostró en la realización de aquel viaje, que el ciego terminó por creer al otro ciego y fuéronse ambos camino de la villa.
Iniciaron ambos el camino sin mayor contratiempo pero llegados a los lugares de mayor peligro, uno de los ciegos no pudo evitar un pozo que se abría en el suelo y cayó en él. Como quiera que llevaba a su amigo tomado de la mano, un ciego arrastró al otro y los dos quedaron allí muertos por su poca prudencia.
Sabedor de que en aquel camino había pozos y barrancos el hombre tenía mucho recelo de hacer aquel viaje, puesto que al ser ambos ciegos corrían grave peligro de caer en alguno de ellos.
- "No debes recelar porque yo iré contigo y te mantendré a salvo de cualquier peligro", le dijo.
Y tanto le insistió y tantas ventajas le mostró en la realización de aquel viaje, que el ciego terminó por creer al otro ciego y fuéronse ambos camino de la villa.
Iniciaron ambos el camino sin mayor contratiempo pero llegados a los lugares de mayor peligro, uno de los ciegos no pudo evitar un pozo que se abría en el suelo y cayó en él. Como quiera que llevaba a su amigo tomado de la mano, un ciego arrastró al otro y los dos quedaron allí muertos por su poca prudencia.
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