La nobleza del ganador debe manifiestarse en su actitud una vez confirmado
el triunfo, una actitud de modestia y humildad, de no estrujarle su
victoria en la cara al vencido.
Mientras el vencido, por su parte, no debe sentirse abatido en su difícil situación. Luchó y batalló como pudo sin ser favorecido por el éxito, pero sigue siendo parte del equipo que integramos toda la humanidad. Con dignidad y decoro, debe levantarse de la caída y emprender nuevamente su camino, no sin antes revisar con serenidad dónde estuvieron sus posibles errores para no volver a incurrir en ellos.
Humildes en el triunfo y grandes en la derrota. Ese debe ser hoy el lema de la humanidad, para, inspirados en ella, y trabajar unidos por un mundo mejor.
Mientras el vencido, por su parte, no debe sentirse abatido en su difícil situación. Luchó y batalló como pudo sin ser favorecido por el éxito, pero sigue siendo parte del equipo que integramos toda la humanidad. Con dignidad y decoro, debe levantarse de la caída y emprender nuevamente su camino, no sin antes revisar con serenidad dónde estuvieron sus posibles errores para no volver a incurrir en ellos.
Humildes en el triunfo y grandes en la derrota. Ese debe ser hoy el lema de la humanidad, para, inspirados en ella, y trabajar unidos por un mundo mejor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario