Un
caballero calvo, quien usaba una peluca, salió un día a cazar. De
pronto un golpe de viento voló su sombrero y su peluca, lo que provocó
un estallido de risas entre sus acompañantes.
Pero él, parando su caballo y con gran buen humor, se sumó al gozo diciendo:
- "¡Qué maravilla es que cabellos que no eran míos me abandonaran, cuando ellos también ya habían hecho lo mismo con el hombre en el cual crecieron".
Pero él, parando su caballo y con gran buen humor, se sumó al gozo diciendo:
- "¡Qué maravilla es que cabellos que no eran míos me abandonaran, cuando ellos también ya habían hecho lo mismo con el hombre en el cual crecieron".
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