Un derviche vio un día en sueños una reunión de maestros, discípulos todos del profeta Elías. Les preguntó:
- "¿Dónde puedo adquirir bienes sin que me cuesten nada?"
Los maestros lo condujeron entonces a la montaña y sacudieron las ramas de los árboles para hacer caer la fruta. Después, dijeron:
- "Dios ha querido que nuestra sabiduría transforme estos frutos, que eran amargos, en aptos para el consumo. Cómelos. Se trata desde luego de una
adquisición sin contrapartida."
Al comer aquella fruta, el derviche sacó de ella tal sustancia que, al despertar, quedó pasmado de admiración.
- "¡Oh, Señor! dijo, ofréceme, también a mí, un favor secreto."
Y, en el mismo instante, le fue retirada la palabra y su corazón quedó purificado.
- "¿Dónde puedo adquirir bienes sin que me cuesten nada?"
Los maestros lo condujeron entonces a la montaña y sacudieron las ramas de los árboles para hacer caer la fruta. Después, dijeron:
- "Dios ha querido que nuestra sabiduría transforme estos frutos, que eran amargos, en aptos para el consumo. Cómelos. Se trata desde luego de una
adquisición sin contrapartida."
Al comer aquella fruta, el derviche sacó de ella tal sustancia que, al despertar, quedó pasmado de admiración.
- "¡Oh, Señor! dijo, ofréceme, también a mí, un favor secreto."
Y, en el mismo instante, le fue retirada la palabra y su corazón quedó purificado.
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