Todos nosotros somos libres de nuestros actos pero también de las consecuencias que acarreen. Un gesto, una palabra o una mala acción ocasionan siempre un impacto más o menos perceptible, y aunque no lo creamos, el tiempo es un juez muy sabio. A pesar de no dar sentencia de inmediato, siempre suele dar la razón a quien la tiene. Porque aunque seamos responsables de lo que decimos, no lo somos de los demás no lo entienda. Por ello, cuando ya han sido muchas las veces en que nos hemos esforzado en dejar claro un aspecto, un comentario... cuando ya estemos cansados de dar una explicación tras otra sin que haya entendimiento o cercanía, tal vez, sea el momento de aceptar que, a veces, es mejor dejar de invertir fuerzas y energías en algo que no tiene solución. No puedes ni debes luchar contra molinos y no golpearte una y otra vez contra un muro. Hay quien opta por levantar (o escribir sus comentarios en mayuscula) la "voz" pensando que con ello se hace
entender mejor o que con ello tendran la razón; otros son incapaces de mantener un contacto visual con
el que poder empatizar, con el que poder mantener una conversación más
armónica atendiendo a todo aquello que decimos. Pero habra que esperar al tiempo, que sera quien decida quien tenía razón
No hay comentarios:
Publicar un comentario