Cuando somos crios practicamente vivimos en el aquí y ahora, no existe el mañana. Sin embargo, a medida que vamos creciendo nos empezamos a preocupar por el que pasara mañana. Y poco a poco, casi sin darnos cuenta, esas preocupaciones se adueñan de nuestra mente, hasta tal punto que nos llegan a impidir vivir el presente. En vez de preocuparte, busca como definir ese problema, y en cuanto puedas ponte a buscar una solución. Piensa en lo que has de hacer para las distintas situaciones que se puedan plantear. ¿Cuánto tiempo? Hasta que te sientas que estás preparado. El mismo hecho de dejar de preocuparte significa que has hecho bien los deberes y te has ocupado suficientemente del tema. Recordemos que las preocupaciones solo son angustias que sufrimos, y nos angustiamos, cuando nuestro cerebro registra que estamos frente a un peligro importante o ante algún tipo de amenaza, de ahi pasaremos a esos estados de ansiedad que nos traera problemas internos. Debemos reconocer la diferencia entre cuando sentimos miedo ante cosas presentes y concretas y o cuando nos angustiamos ante situaciones que creemos que van a suceder. Para el primero se necesitara una respuesta inmediata y concreta, para la angustia podemos ir preparandonos para encontrar esa solución que pueda sacarnos de ese apuro, que una vez recapacitado es posible que incluso no merecía ni nuestra peocupación
No hay comentarios:
Publicar un comentario