El obstáculo más importante que debemos superar para alcanzar las metas que pretendemos, para realizar nuestra vida se encuentra en su propio interior. No existe prueba más grande, no hay enemigo con mayor poder, que nuestros propios miedos a luchar contra las injusticias. Podemos poseer las inmejorables condiciones para conquistar a la fuerza las oportunidades y las adversidades que se nos presentan a lo largo de la vida, pero si esta tarea no va precedida de la conquista de los miedos de uno mismo, esa misma lucha concluye por ser vana. El hombre no puede ser dueño de sus circunstancias, pero si puede ser dueño de sí mismo, y al serlo evita constituirse en una víctima permanente de las desgracias que se va encontrando a lo largo de ese camino que es la vida. Para acabar con los miedos, ante cada "herida" que suframos, debemos levantarnos y encajar con una sonrisa el golpe, de él aprenderemos e intentarems que el próximo no sea igual de fuerte, por que las heridas con el tiempo se cierran y se cierran cuando acabamos con ese miedo a sufrir una derrota
No hay comentarios:
Publicar un comentario