Cuando rompes con una persona a la que quieres, no sientes tristeza, tampoco es rabia, ni miedo…es un dolor… pero un dolor tan intenso que no existe palabra que lo defina.
Seguro que sabeis de qué hablo, si. Es una sensación interna, que te desgarra por dentro, que te consume, como si tuvieras un "peso" que te está oprimiendo el corazón, y que cada vez te lo aprieta un poquito más y ya no sabes qué hacer para respirar. Intentas coger aire pero esa ausencia sigue oprimiéndote el pecho
Aunque pasen los días y ves cómo la vida continúa y pero sin embargo, tú te sientes como si estuvieras viviendo en una realidad paralela. Respondes de manera automática, sonríee, pero espera, porque sonries. supgo que alguien a tu alrededor ha hecho una gracia y todos se han reído, así que tú también has sonreído, aunque ni siquiera sabes por qué, pues simplemente "estás" ahí; bueno, tu cuerpo está ahí, todo lo demás está en otro sitio porque, esa dolor sigue apretándote cada vez más el corazón y en realidad lo único que quieres es gritar o llorar, o tal vez llorar y gritar a la vez…
Hay que dejar que el dolor te atraviese, pero observandolo, sin dejar que tu mente cree pensamientos que te identifiquen con el dolor, a partir de ese momento te sitúas en una posición privilegiada de espectador. Y desde ahí puedes analizar el origen de ese dolor y porque de esa ruptura. Analizando esos pros y contras
Es como hacer una excursión al interior de esa "cueva" averiguando el origen, los motivos que generan una y otra vez ese dolor. Descubrirás que tu eres el origen siempre y que solo tu puedes poner tiritas a esa herida y avanzar en esta vida.
Pero encontrar el origen, no significa que el dolor no desaparezca, pero lo reconoces, lo acotas, lo identificas y lo observas. Seguiras sitiendo la punzada del dolor en el estomago un rato mas pero, a medida que lo identificas, pierdes esa intensidad en el dolor y se transforma en "poder" interior, amor interior, es como si la energia que alimentaba ese dolor se pasara de bando, del bando del miedo a la soledad, al de volver a levantarte y luchar por la vida.
Seguro que sabeis de qué hablo, si. Es una sensación interna, que te desgarra por dentro, que te consume, como si tuvieras un "peso" que te está oprimiendo el corazón, y que cada vez te lo aprieta un poquito más y ya no sabes qué hacer para respirar. Intentas coger aire pero esa ausencia sigue oprimiéndote el pecho
Aunque pasen los días y ves cómo la vida continúa y pero sin embargo, tú te sientes como si estuvieras viviendo en una realidad paralela. Respondes de manera automática, sonríee, pero espera, porque sonries. supgo que alguien a tu alrededor ha hecho una gracia y todos se han reído, así que tú también has sonreído, aunque ni siquiera sabes por qué, pues simplemente "estás" ahí; bueno, tu cuerpo está ahí, todo lo demás está en otro sitio porque, esa dolor sigue apretándote cada vez más el corazón y en realidad lo único que quieres es gritar o llorar, o tal vez llorar y gritar a la vez…
Hay que dejar que el dolor te atraviese, pero observandolo, sin dejar que tu mente cree pensamientos que te identifiquen con el dolor, a partir de ese momento te sitúas en una posición privilegiada de espectador. Y desde ahí puedes analizar el origen de ese dolor y porque de esa ruptura. Analizando esos pros y contras
Es como hacer una excursión al interior de esa "cueva" averiguando el origen, los motivos que generan una y otra vez ese dolor. Descubrirás que tu eres el origen siempre y que solo tu puedes poner tiritas a esa herida y avanzar en esta vida.
Pero encontrar el origen, no significa que el dolor no desaparezca, pero lo reconoces, lo acotas, lo identificas y lo observas. Seguiras sitiendo la punzada del dolor en el estomago un rato mas pero, a medida que lo identificas, pierdes esa intensidad en el dolor y se transforma en "poder" interior, amor interior, es como si la energia que alimentaba ese dolor se pasara de bando, del bando del miedo a la soledad, al de volver a levantarte y luchar por la vida.
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