A lo largo de nuestra vida, nos encontraremos tres accidentes geométricos que debemos evitar: los círculos viciosos, los triángulos amorosos y las mentes cuadradas. Probablemente si nos examinaran del conocimiento de alguno de ellos sacaríamos matrícula de honor. A pesar de ello, seguimos cayendo en esos accidentes. Que Estamos haciendo mal para caer una y otra vez en los mismos errores.
Es difícil hablar de esto, porque hacerlo significa reconocer que vivimos enganchados a parte de nuestro pasado y que nuestras emociones pretenden vivir en él. Y entonces es cuando me da por pensar, cuanto de cierto tiene el refran que dice que; "el hombre es el único animal que trompieza dos veces con la misma piedra". Nuestra realidad es qye vivimos con esa esperanza de superar cada uno de nuestros errores y es lo que nos está matando, por eso creo que ha llegado el momento de afrontarlo y aceptarlo. Imaginaos que un alérgico al polvo deja que se acumule la basura pensando que mientras no la tenga a la vista no le va a afectar. Qué tontería, ¿verdad?. Pues nosotros hacemos lo mismo con nuestras emociones. No aceptamos que tenemos que limpiarlas y, como consecuencia, no hacemos nada poner el remedio antes de que llegue la enfermedad. Es entonces cuando los dolores nos cogen "por sorpresa" y con las defensas bajas, tiñendo nuestro presente con la negrura de un gran pesar. De esta manera tan cruenta aprendemos que cubrir la herida no nos ayuda a que cicatrice, sino a que se mantenga abierta.
En el pasado no se vive, del pasado se aprende y es un gran error vivir recordando un tiempo que ya no tiene futuro.
Es difícil hablar de esto, porque hacerlo significa reconocer que vivimos enganchados a parte de nuestro pasado y que nuestras emociones pretenden vivir en él. Y entonces es cuando me da por pensar, cuanto de cierto tiene el refran que dice que; "el hombre es el único animal que trompieza dos veces con la misma piedra". Nuestra realidad es qye vivimos con esa esperanza de superar cada uno de nuestros errores y es lo que nos está matando, por eso creo que ha llegado el momento de afrontarlo y aceptarlo. Imaginaos que un alérgico al polvo deja que se acumule la basura pensando que mientras no la tenga a la vista no le va a afectar. Qué tontería, ¿verdad?. Pues nosotros hacemos lo mismo con nuestras emociones. No aceptamos que tenemos que limpiarlas y, como consecuencia, no hacemos nada poner el remedio antes de que llegue la enfermedad. Es entonces cuando los dolores nos cogen "por sorpresa" y con las defensas bajas, tiñendo nuestro presente con la negrura de un gran pesar. De esta manera tan cruenta aprendemos que cubrir la herida no nos ayuda a que cicatrice, sino a que se mantenga abierta.
En el pasado no se vive, del pasado se aprende y es un gran error vivir recordando un tiempo que ya no tiene futuro.
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