Sorprende ver que tras la muerte de Rita Barbera, todos o casi todos los políticos hablan bien de esta "señora" que en esta vida hizo más daño que bien a los ciudadanos. La muerte no nos iguala porque todos debemos pasar por ese trance, sino porque nos hace a todos buenos, hasta el peor asesino tendrá, ese momento aunque solo sea de la familia. Socialmente nos ponemos de acuerdo para resaltar las virtudes del muerto, tapar sus obvios defectos, sus delitos y mirar mal a quien no quiera participar en la farsa. Una frase tan inofensiva como "tanta paz lleve como descanso deja" (dicha cuando el finado era inaguantable, ha tenido una agonía muy larga, etc.) se ve como transgresora. No podemos olvidar que la "sra" Rita Barbera estaba presuntamente vinculada en tramas de blanqueo de dinero, de financiación ilícita de su partido, vamos que lo tenía todo menos lo de ser una "buena persona", claro que esto es presuntamente. Debería ser normal que uno pudiera alegrarse de que desaparezca de escena alguien a quien detestas. No voy hablar de cuando se muere un famoso o un político, porque ahí siempre encuentraremos a alguien que comparta tu odio y que despotrique contigo. Bajemos a nuestro entorno, que además es como más transgresor. Pensemos en el familiar, en el amigo o conocido que te cae mal. No tiene por qué tratarse de un maltratador al que odies, sino de cualquiera que haya cometido esa sucesión de pequeñas ruindades que es tan común en la sociedad. Un día va y se muere. ¿Sus actos deben quedar perdonados sólo por este hecho?. No ha pedido perdón, no ha asumido errores, no ha reparado daños, no ha hecho nada. Simplemente se ha muerto. ¿Por qué no te vas a alegrar de no tener que aguantarle más?. Pero en esta sociedad hipócrita en la que vivimos, parece que debemos respetar al fallecido, por muy mal nacido que fuera. Las personas tenemos memoria, poseemos sentimientos complejos y, sí, somos imperfectos moralmente. Es por eso que nos alegramos cuando alguien que nos ha hecho daño lo pasa mal, es algo inevitable. Pero lo hipocritamente no seria real es, precisamente, lo contrario. Suspender el curso normal de nuestras emociones y de nuestros sentimientos hacia una persona para sustituirlos por una tristeza impostada y socialmente forzada sólo por el hecho de que se ha muerto. La muerte no arregla nada, y si tú aborreces a alguien es muy lícito que te alegres si se muere. No puedes sentirte culpable, no dejes tampoco que el tema te obsesione y sigue para delante. Lo que sientes es lo más normal del mundo, pese a quien le pese. Era alguien que para tí, no merecía estar en este mundo y te alegra, que ojala (si existe ese infierno) sufra toda la eternidad por el daño cometido en la Tierra. Al igual que es de "bien nacido, el ser agredecido", también los es "tanta paz lleve, como descanso deja" para los que se quedan
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