Uno de los mayores engaños de la sociedad, son las religiones. Ellas logran que sus seguidores puedan comenzar guerras absurdas, incluso solo por una mala interpretación de los escritos a los que son fieles. Parafraseando a Bruno Bauer: "la religión es el opio del pueblo", aunque la historia diga que es de Marx, el solo "copio" las frases de su amigo. Marx intento combatir la religión degradada de su tiempo porque creía que alienaba al ser humano y no satisfacía sus verdaderas necesidades; pensaba que la religión sólo servía para persuadir a los individuos de que el orden de la sociedad era aceptable e irremediable. Esto es fácil de entendre, la droga te aleja del pensamiento libre, y te tiene como adormecido y dependiente de ella. Ese efecto, es el que realiza las religiones, en donde quedas atrapado en algo que no te deja ver la realidad tangible. Esa en donde el miedo no pesa, y las promesas de mejor vida, siempre en futuro, no es alimentada, para el conformismo de los sometidos, que se creen libres de pensar. Y cualquier religión es una secta que lo único que intenta es tener el poder sobre los más necesitados, a los que es más fácil engañar de un mundo mejor, cuando mueran. La realidad es que esta "droga", solo es adictiva a los que creen en ella
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