domingo, julio 04, 2021

Vivio una vez, pero fue enterrada dos veces

Después de sucumbir a una extraña fiebre en 1705, la mujer irlandesa Margorie Mccall fue enterrada apresuradamente para evitar la propagación de una posible enfermedad contagiosa. Margorie fue enterrada con un valioso anillo, que su marido había sido incapaz de quitarle, debido a la hinchazón. Esto hizo a la muerta un objetivo muy valioso para los ladrones de cuerpos, por doble partida, podían cobrar el cuerpo y el anillo.
Una noche después de que Margorie fuera enterrada, antes de que el suelo se hubiera asentado, los ladrones de tumbas se mostraron y comenzaron a cavar. Incapaces de sacar el anillo del dedo, decidieron cortarlo. Tan pronto como la sangre empezó a fluir, Margorie despertó de su coma, se sentó y gritó.
El destino de los ladrones de tumbas sigue siendo desconocido. Unos dicen que los hombres cayeron muertos en el lugar, mientras otros dicen que huyeron y nunca volvieron a ejercer su profesión.
Margorie salió del agujero y regresó a su casa. En este momento su marido y sus hijos estaban dentro, también estuvo el médico de la familia.
Su esposo John oyó un golpe a la puerta y dijo a los niños: " si tu madre estuviera viva, juraría que era su toque."
Cuando abrió la puerta y encontraró allí a su esposa, vestida con su ropa de entierro, la sangre goteando de su dedo pero muy viva, cayó muerto. Fue enterrado en la tumba que Margorie había dejado vacante.
Margorie volvió a casarse y tuvo más hijos. Cuando finalmente murió, fue devuelta al cementerio de shankill en Lurgan, Irlanda, dónde su lápida sigue en pie. Lleva la inscripción " vivió una vez, enterrada dos veces"

 


 

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