La paciencia, en ese sentido, que consiste en comprender el ritmo de la vida y
aguardar, simplemente, a que los procesos se completen. En muchos casos, requiere que la combines con la constancia, sobre todo
cuando se trata de una habilidad que quieres adquirir o de un objetivo
que deseas alcanzar. Por ejemplo, aprender a nadar requiere que durante
un buen número de meses entrenes frecuentemente hasta que sepas hacerlo
bien. Otro valor relacionado con ella es el esfuerzo. Para conseguir
objetivos importantes no basta con un instante, sino ser paciente y el
esfuerzo de muchos años de constancia para llegar a la meta
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