Cuentan que una pequeña aldea vivía atemorizada por una serpiente que atacaba a todos los viandantes que pasaban por usus caminos. Los aldeanos, cansados de la serpiente, decidieron acudir al sabio de la aldea para que hablase con la serpiente y les dejase de atacar.
El sabio habló con la serpiente y consiguió convencerla para que dejase pasar a los aldeanos por los caminos sin atacarlos.
Pasado un tiempo, el sabio se encontró nuevamente con la serpiente. Está estaba en muy malas condiciones: tenía un ojo morado y estaba golpeada por todas partes.
- "¿Qué te ha pasado?", le preguntó el viejo sabio
- "Ay viejo sabio, le respodió la serpiente. Mmira lo que me han hecho tus aldeanos al dejar de atacarles"
El viejo sabio le respondió,
- "Yo te dije que no les atacases pero no que no silbases"
- "Y vosotros,¿silbais?"
El sabio habló con la serpiente y consiguió convencerla para que dejase pasar a los aldeanos por los caminos sin atacarlos.
Pasado un tiempo, el sabio se encontró nuevamente con la serpiente. Está estaba en muy malas condiciones: tenía un ojo morado y estaba golpeada por todas partes.
- "¿Qué te ha pasado?", le preguntó el viejo sabio
- "Ay viejo sabio, le respodió la serpiente. Mmira lo que me han hecho tus aldeanos al dejar de atacarles"
El viejo sabio le respondió,
- "Yo te dije que no les atacases pero no que no silbases"
- "Y vosotros,¿silbais?"
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