Se encontraban reunidos los animales en un festejo para nombrar a un
nuevo rey que sucediese al león, que había sido presa de los cazadores.
Uno tras otro, iban mostrando sus virtudes y habilidades, tratando de
convencer a los demás de que ellos eran los adecuados para ese cargo.
Tras escuchar a casi todos, la mayoría parecía estar de acuerdo en que la astucia de la zorra la hacía merecedora del trono. Pero en último lugar llegó un mono que, sin mediar palabra, se puso a bailar, contagiando a todos con su alegría.
Arrastrados por la euforia, no tardaron en alzarse las primeras voces sugiriendo que el mono fuese el elegido, como así resultó finalmente.
La zorra, resentida por haber sido relegada del trono por un inferior, decidió tomar cumplida venganza. Y, ladina como en ella era habitual, convenció al mono rey de acompañarla a recoger un presente con el que quería homenajearlo.
- "Podría traéroslo yo, majestad, pero el presente que quiero ofreceros sólo merece ser tocado por manos reales como las vuestras"
El mono rey acompañó a la zorra, que adentrándose en el bosque, lo llevó a un lugar donde había preparado un enorme trozo de carne sujeta a un cepo. El mono, que no era muy inteligente, se abalanzó sobre el manjar y de inmediato quedó atrapado en la trampa
- "Eres un mono tonto, dijo la zorra, Si no eres capaz de ver un peligro tan evidente, ¿Cómo quieres ser el rey de los animales?"
Tras escuchar a casi todos, la mayoría parecía estar de acuerdo en que la astucia de la zorra la hacía merecedora del trono. Pero en último lugar llegó un mono que, sin mediar palabra, se puso a bailar, contagiando a todos con su alegría.
Arrastrados por la euforia, no tardaron en alzarse las primeras voces sugiriendo que el mono fuese el elegido, como así resultó finalmente.
La zorra, resentida por haber sido relegada del trono por un inferior, decidió tomar cumplida venganza. Y, ladina como en ella era habitual, convenció al mono rey de acompañarla a recoger un presente con el que quería homenajearlo.
- "Podría traéroslo yo, majestad, pero el presente que quiero ofreceros sólo merece ser tocado por manos reales como las vuestras"
El mono rey acompañó a la zorra, que adentrándose en el bosque, lo llevó a un lugar donde había preparado un enorme trozo de carne sujeta a un cepo. El mono, que no era muy inteligente, se abalanzó sobre el manjar y de inmediato quedó atrapado en la trampa
- "Eres un mono tonto, dijo la zorra, Si no eres capaz de ver un peligro tan evidente, ¿Cómo quieres ser el rey de los animales?"
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