Una viuda muy laboriosa tenía unas jóvenes criadas a las que despertaba
por la noche al canto del gallo para empezar el trabajo. Ellas,
extenuadas siempre de fatiga, resolvieron matar el gallo de la casa por
ser él a sus ojos el causante de su desgracia, puesto que despertaba a
su señora antes de que abriese el día.
Mas ejecutado el propósito se encontraron con que habían agravado su mal, porque su señora, no teniendo el gallo que le indicaba la hora, las hacía levantar antes para ir al trabajo.
Mas ejecutado el propósito se encontraron con que habían agravado su mal, porque su señora, no teniendo el gallo que le indicaba la hora, las hacía levantar antes para ir al trabajo.
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