Zorrete se pasaba el día presumiendo de sus hazañas. Un día se encontró con Zorrín, que iba lleno de moratones y heridas.
- "Pero, ¿qué te ha pasado?", le preguntó.
- "Entré en el corral de don Gallo a cazar alguna gallina y me ha dado una paliza".
- "¡Bah! Eso te pasa por tonto. Yo habría cogido todas las gallinas; dijo Zorrete. Para que veas que es verdad, voy a ir a su corral, me hago su amigo y, cuando se descuide, me llevo todas las gallinas".
Zorrete fue al corral de don Gallo, pero Conejín, que había oído su conversación, fue a contárselo a don Gallo. Este decidió escarmentarle. Éste decidió seguir el juego al listo de Zorrete hasta poder darle un buen escarmiento.
Cuando, al tercer día, Zorrete entró en el corral, dispuesto a armar un gran estropicio, se vio sorprendido por Don Gallo y un gran número de gallinas, las cuales, irritadas y enérgicas, propinaron a Zorrete una paliza fenomenal.
- "Pero, ¿qué te ha pasado?", le preguntó.
- "Entré en el corral de don Gallo a cazar alguna gallina y me ha dado una paliza".
- "¡Bah! Eso te pasa por tonto. Yo habría cogido todas las gallinas; dijo Zorrete. Para que veas que es verdad, voy a ir a su corral, me hago su amigo y, cuando se descuide, me llevo todas las gallinas".
Zorrete fue al corral de don Gallo, pero Conejín, que había oído su conversación, fue a contárselo a don Gallo. Este decidió escarmentarle. Éste decidió seguir el juego al listo de Zorrete hasta poder darle un buen escarmiento.
Cuando, al tercer día, Zorrete entró en el corral, dispuesto a armar un gran estropicio, se vio sorprendido por Don Gallo y un gran número de gallinas, las cuales, irritadas y enérgicas, propinaron a Zorrete una paliza fenomenal.
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