Todos nosotros somos grandes, grandes por nuestras fortalezas, pero más grandes aún por nuestras
debilidades, porque gracias a ellas seguiremos creciendo en todos los
ámbitos de nuestra vida. Simplemente sere quien soy porque nunca me he cansado de
soñar. No deje de
hacerlo, no dejo de hacerlo hoy, no dejare de hacerlo nunca. Al
final, cada herida, no es más
que una razón para ser más fuerte en la lucha cotidiana. Los triunfadores no esperan el
aplauso de nadie para continuar. Sólo creen en sí mismos y en esa fortaleza que nos da el vivir cada día. Soy fuerte. No me importa por lo que este pasando... Sere más fuerte mañana. Porque nada es
permanente, todo es temporal. Cada cosa pasará, y en algún momento, todo
mejorará. No me vengo abajo, con la primera caida... pues uno hace de sus días lo quiere que sean. Hay que aprovecharlos. Vívirlos. Sonreir y vencer esos temores, que a veces nublan los pensamiento.
Uno debe llorar si tiene ganas de hacerlo, eso saca lo que llevas dentro.
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