Es un hecho que, a lo largo de nuestra vida las relaciones son cambiantes y que el amor o la amistad se acaba. Cuando "sufrimos" esto en nuestra piel y creemos que hemos dejado de importarle a una persona, comenzamos a estructurar una mapa mental con el fin de conocer cuáles han sido las causas de que esa persona pase de nosotros y haya tomado esa decisión. Obviamente, la consecuencia directa de comernos la cabeza con esta historia es muy simple: acabamos montándonos una película que ni nosotros mismos nos creemos. Demasiadas veces solemos confundir el amor o la amistad, con estar a gusto o sentirnos ilusionados, esto puede pasar porque encontramos en una persona la comodidad que siempre hemos estado buscando, alguien que sea atento y detallista, pero que sólo nos importan cosas superficiales de él, o que simplemente, aunque nos gusta su forma de ser, no es realmente "cariño" lo que se siente. Cuando te aburres o simplemente sientes que no te nace dar todo de ti, te das cuenta que simplemente no es lo que creias y rompes esa relación. Pero es mejor esa ruptura, no la de permitir, que cuando dejas de querer, es seguir con esa persona por lástima o costumbre, si las cosas no funcionan ya, es mejor no hacerle perder el tiempo a ninguno de los dos..
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