Cuando veía dos luceros
mágicos, encantadores, brillantes,
veía la luna, Las estrellas,
las constelaciones, los planetas.
Veía un universo libre
como el viento, las montañas y el sol.
Cuando veía tus ojos
se aceleraba el pulso,
mi corazón galopaba
entre tu ilusión y tu verdad,
porque solo tus ojos
me hacian soñar.
Cuando veía en tus alegres
y tiernos ojos, posados en los mios,
los sentimientos del alma,
soñaban con tener tus bellos ojos,
acariciar esa mirada
que acompañada de la pasión,
nos hacía inmortales
Pero la inmortalidad no existe
la dama de negro
separa los sentimientos más puros
pero siempre me quedaran tus ojos
en el interior de mi corazón
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