Siempre detrás de ese miedo a la muerte se esconden otros miedos, que no queremos reconcoer y que son más dolorosos, difíciles o avergonzantes para la persona y por eso prefiera no llegar a afrontrar; algunos de ellos. Esos miedos pueder ser miedo al cambio, miedo al dolor, al sufrimiento, a la nada, a la oscuridad, a lo desconocido, a perder el control, a no ser recordado, a dejar de existir. Una larga einterminable lista de incómodos miedos que anidan en la imaginación de las personas y que desencadenan estados de ansiedad y conductas limitantes para ella. A pesar de que, las cosas que nos suceden en la vida no son siempre las que esperamos o queremos debemos vivirla en pleno. Si todo sucediera como queremos nos perderíamos muchas cosas: no aprenderíamos a base de la experiencia, ni aprenderíamos por las lecciones que nos da la vida. Quizá todo sería mucho más sencillo pero más aburrido y menos productivo. Por eso el miedo a la muerte solo es un reflejo de nuestro verdadero miedo a la vida, porque al final, esta no es un camino de rosas como algunos nos quieren hacer creer. Muchas veces es muy dura, pero es algo que merece la pena ser vivido.
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