Lejos de hundirnos, las decepciones deben ayudarnos a crecer como personas, y debemos aprender a asimilarlas y a hacerlas parte de nuestro ser para que no nos impidan avanzar. Cuantas decepciones hemos sufrido a lo largo de nuestra vida?. Seguramente, muchas. No obstante, hay algunas que nos han hecho cambiar de algún modo. Tras esas experiencias, hemos aprendido a ser más prudentes y, quizá, más desconfiados. Hay quien, tras ser rechazado, piensa que no vale como persona. Se mira al espejo y se convence a sí mismo de que no hay nada positivo en su imagen, que no agrada, que su personalidad no parece estar hecha para encajar con otras parejas. Es un error. La opinión de una persona no te define. Es su palabra, es su mundo, sus creencias y nada de ello tiene que ver contigo por en muy alta estima que la tuvieras, no cierres tu corazón ante las nuevas experiencias que han de llegar
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