Os explicare como fue mi llegada a la Tierra. Mi nombre es Mungo Bolger procedo del Planeta: Gildor que esta en la estrella Huor, aqui en le tierra la llamais Aldebaran...
Son las 0:00 h de 24 de diciembre de 1961, mi misión consistia en relevar a los integrantes de la anterior misión. Esta vez tres entes ibamos en la nave: Aerandir Ringëril, Líndal Calmcacil y yo. Si he dicho entes, por que los Gildorianos somos lo que vosotros llamais espiritus y debemos "colonizar" un ser vivo para vivir en vuestro planeta... Ese ser vivo debe ser una persona principlamente "nonata", para poder cumplir la misión durante más años y es la de estudiar los avances cientificos y medicos de la humanidad. Estas misiones duran décadas, pero por desgracia los cuerpos de los terraqueos son cadudos, a diferencia de nosotros que podemos vivir varios siglos.
Los Gildorianos conocemos la “Tecnología del Salto Hiperespacial”, donde una de las “entradas” se sitúa en las proximidades de “Alcarinquë”, mientras que el otro extremo del Agujero de Gusano fue inicialmente puesto en la latitud 40° N del planeta “Arehen” (Marte para vosotros)
La nave me dejo en lugar desconocido, extraño... mire alrededor. Estaba en algún lugar de este planeta Tierra, habiamos llegado en una época fria. Comence a caminar por las calles observando todo a mi alrededor, donde desde cualquier ángulo se palpaba que eran días de una felicidad extraña para mi. Las calles estaban iluminadas por unas bombillas colgadas, mientras todos vosotros seres “humanos” expresabais felicidad. A traves de las ventanas veía a los humanos adultos reunidos alrededor de una mesa. Las convivencias de las familia me inundaban de fuerzas en mis 7 formas energéticas de recepción de energía por lo que una sonrisa espontanea emergió en mis labios; caminando y caminando disfrutaba esos dichosos momentos, puse mi atención en un lugar poco alumbrado donde en medio de esa ausencia de luz se encontraba otro ser limitado era un perro, se encontraba sin asistencia humana y eso me sorpendio. Con su olfato y vista detenidos en otro lugar donde esa felicidad general humana estaba casi totalmente ausente, el perro parecía ajeno a todo lo que sucedía alrededor, intuía que no tos los seres vivos que vivian en este planeta celebraban esos festejos y se me ocurrió preguntarle porque no compartía la alegría que incluso otros seres de su misma especie gozaban, pero sospechaba que no sería capaz de comprender su respuesta inclusive sabiendo que el si me entendería perfectamente por lo que decidí retirarme de el lugar un tanto inquieto por saber su respuesta y resolver ese enigma que me estremeció en ese momento.
Yo miraba todo sin perder detalle de lo que estaba a mi alrededor y por ello no me percate totalmente de algo, a mi lado derecho había un humano oculto... no muy visible para mi. Intente hablarle pero el sujeto salio corriendo espantado hacia una puerta que estaba entreabierta. Debía seguir caminando para encontrar la humano que me había sido asignada y que estaba esperando un niño, estaba dispuesto a colonizar aquel feto...
Tras varios pasos, me detuve cerca del inicio de las escaleras que ascedían a la vivienda que me había sido asignada, antes de entrar mire por última vez al cielo a mi casa.
Lo que vi era un resplandor rojizo que atribuí a la Luna, pero era en realidad Marte. Eso me resultaba extraño, porque si no recuerdaba mal, Marte no debía de estar tan cerca de la Tierra, pero lo que me impresionó todavía más fue que no reconocí ninguna de las constelaciones de ese cielo violáceo. Nos habríamos equivocado de ciudad?
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