Tittë Pityem, dice puedes levantarte. Me pongo en pie, y me muevo con cierta dificultad por la sala, mis pasos son lentos e inseguros. Pero mi capacidad de aprendizaje es asombrosa, y en breves minutos me adapto perfectamente al sistema de movimiento, los datos fluyen por mis neuronas a pasos agigantados. Tittë Pityem no se separa de mí, me aconseja, me comenta cómo está evolucionando la información en mi cerebro...
- "Es un éxito", le respondo
Salimos de aquella sala y nos diriguimos por un estrecho pasillo hacia la parte central de la nave. En mis oidos se escuchaban nuestros pasos largos y secos que se proyectaban como un eco en mi cerebro. El pasillo conectaba con tres puertas: dos de ellas conducían a unas salas cuya luz violacia me reconfortaba y otra, estaba abierta hacia una habitación semioscura llena de objeos extraños. Después de subir dos peldaños que se encontraban en el corredor, penetremos en la habitación semioscura y detrás de unos cajones, había otra puerta. Jadeaba y sigilosamente miraba alrededor de la semioscuridad de la habitación por si había algo más. Estabamos acercandonos al umbral de la puerta, allí había una especie de candelabro que contenia un líquido burbujeante de colo azul, un azul que me hacía recordar el cielo de Gildor...
Mientras en mi cerebro las informaciones sobre los humanos crecian... La violencia parecía ser algo común en la todas las civilizaciones pasadas y presentes, los humanos por diferentes causas estos seres aparentaban ser extrañamente violentos entre sí. ¿Como era posible en una civilicación aparentemente inteligente?. Vi también que en sus organizaciones sociales, había al mando un puñado de individuos que crean y adaptan diferentes normas y leyes; por lo menos teniamos algo en común... En algunos aspectos eran demasiados parecidos a nuestra raza algunos siglos atrás, era evidente su evolución aún no había acabado.
Tittë Pityem me comenzó a explicar que en este planeta había varias razas de alienigenas y que a poco me iria presentando algunas de ellas. Intente explicarle que tenía una misión que cumplir.
El soriendome me comento...
- Conocemos la misión a la que has sido encomendado, no solo la tuya... Tambien la de tus compañeros.
¿Como podía conocer mi misión...? Algo parecía no funcionar. Mi cerebro intentaba reaccionar, pero no respondia. Tittë Pityem me miro y me dijo:
- Tranquilo no es lo que piensas... Nosotros procedemos del sistema solar Eärlindë Tineh a dos años luz de tu sistema solar. Estamos en la Tierra para protegerla... Tu misión se ha adelantado varios días terrestres, no te preocupes, estas con nosotros. Ello te dara a conocer la historia de las diferentes razas de alienigenas que viven en el planeta. Sera una aventura para ti
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